miércoles, 7 de septiembre de 2011

*Reflexión: Diversidad sexual*

        Estimado Director, estimados todos:

Se puede cuestionar la democracia e incluso no creer en ella, siendo esto válido, pero en lo concreto en Chile todos bailamos bajo el ritmo de la misma danza: el paradigma democrático liberal. Por ende, corresponde dar respuestas a la mayoría de las partes. Y he ahí la cuestión. El matrimonio homosexual debiera ser aceptado por ser parte de los intereses, emociones y proyecciones sinceras de muchos ciudadanos. Sí, muchos. La diversidad sexual seguirá aparentemente siendo una minoría para la población mientras los esquemas sociales-legales no le permitan un espacio para evidenciarla con tranquilidad. No obstante, pese a creer que este paso es esencial para generar mayores discusiones y abrir nuevas posibilidades de comprensión y perspectiva sobre el asunto social y sexual de la diversidad, no creo que sea el último gran paso en este proceso de aceptación. Más bien sería el inicial dentro de una complejidad profunda.
Creo que proyectarse con otro ser humano, siendo esta una opción y no un deber vital, no debiera desembocar inevitablemente en un matrimonio, en un par de hijos, ni tampoco sólo en una unión macho-hembra. Esas son opciones entre otras. El carácter común y correcto que le imprimimos generalmente a esos requisitos de norma social corresponde nada más que a la costumbre de una construcción cultural de peso histórico complejo (que no indagaremos aquí) que debemos comprender para posteriormente transformar. Si no somos conscientes de que tras la moralidad del presente se encuentran procesos históricos de siglos y siglos, no entenderemos que los valores y la institucionalidad actuales no son absolutos, ni permanentes, ni intocables. Ni tampoco divinos. Si no hacemos un esfuerzo por comprender con mayor profundidad nuestra realidad social, no contribuiremos con verdaderos cambios más allá del simple acomodo de la tradición a las nuevas tendencias sociales. Los cambios deben llegar al fondo del asunto, y no solo ser prácticas decisiones y estrategias políticas o respuestas populares a las nuevas tendencias modernas.
Dicho esto, las exigencias legales acerca de la diversidad sexual en Chile no deberían buscar sólo asemejarse al modelo heterosexual de relacionarse o de conformar familia. Debiera entenderse esto como una opción y no como un único camino. La libertad sexual no es ganarse el derecho heterosexual, sino que es tener la libre opción de “optar” a ello como también a otras formas de convivir, de actuar, de pensar. En el fondo, aceptar y comprender la libertad sexual creo que es mucho más que pensar solo en el matrimonio gay.
Sin embargo, pese a que en Chile pareciera faltar la discusión necesaria en torno al tema de la diversidad sexual en la población como para optar a un cambio de fondo, su práctica legalizada sí generará la ansiada conciencia. Ocurrirá en el largo plazo, y esa misma conciencia impulsará nuevas discusiones y escenarios complejos. Ese es el desafío de todos. No solo de hoy, sino de mañana. Esa es la importancia de legislar sobre esto.
En este sentido, el matrimonio gay sería el primer paso en lo concreto que nos guiaría a una mayor discusión del tema en el pensamiento para el futuro. Que no se llegue a pensar que es insuficiente, pues se estaría cayendo en el error de pensar que estos avances sociales no repercuten en nada. Y además, se estaría ignorando que esto es un proceso, no de un día, no de una ley. Sino de años...

PS: El artículo “¡No se confunda, la homosexualidad es una anomalía!” de Teresa Marinovic, publicado el 30 de Junio del presente año en su blog personal (http://teremarinovic.blogspot.com) es una clara muestra de que, aún con la notable preparación académica, la cegada tradición sigue muy presente. Es un ejemplo de que la diversidad sexual sigue observándose desde la exclusión, desde la superficialidad, sin ir a la filosófica comprensión de fondo. Marinovic, licenciada en filosofía, cree que es un “estilo de vida”, pero no entiende que es simplemente una forma de sentir aquella.

Javier Cortés Echeverría. Estudiante de Licenciatura en Educación con mención en Historia y Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica, en la UMCE, ex Pedagógico de Chile. Carta escrita en Julio del presente año...


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